El Cabildo de Fuerteventura elude controlar la matanza furtiva de pollos de pardela en la Isla de Lobos durante esta temporada de cría. Los furtivos pasan días en esta joya de nuestro archipiélago sin existir ningún tipo de vigilancia específica en la Isla. Se planea ahora desde la administración iniciar la vigilancia al final de la época en la que se llevan a cabo los expolios.
Después de algunos años de funcionamiento, el Cabildo de Fuerteventura ha sido incapaz esta temporada de mantener el servicio de vigilancia y control del furtivismo en la Isla de Lobos. Al menos de forma eficaz, pues alcanzamos el tramo final de las fechas en las que cada año los furtivos realizan las matanzas de pardelas y aún dicho servicio no está disponible. Así, esta vez los criminales expolian con impunidad los nidos de una especie protegida que nidifica en el interior de un Espacio Natural Protegido, declarado además Zona de Especial Protección para las Aves por la U.E. Los efectos de tales despropósitos sobre las poblaciones de aves marinas de la Isla podrán evaluarse en pocas semanas.
Cada pareja de pardelas pone un único huevo al año que eclosiona a finales del mes de julio. Es durante el mes de septiembre cuando habitualmente los furtivos masacran colonias enteras de estas aves, matando a los pollos con fijas o garfios y extrayéndolos de sus madrigueras con fines estrictamente culinarios o pseudo-esotéricos. Los resultados de estudios realizados durante las tres últimas temporadas demuestran el efecto disuasorio que ejercía la vigilancia en la Isla de Lobos, hecho que conocen desde hace meses los responsables del área de Medio Ambiente de la Corporación Insular. Los pollos de pardela que logren sobrevivir este año deberán emprender sus primeros vuelos a finales del mes de octubre aunque, en las colonias afectadas por el furtivismo, de cada 100 parejas que empiezan a criar cada temporada sólo unas 18-19 lograrán sacar adelante a su polluelo hasta la edad de los primeros aleteos. Esto parece indicar que sólo sobreviven aquellos pollos a cuyos nidos no pueden acceder los furtivos.
Después de algunos años de funcionamiento, el Cabildo de Fuerteventura ha sido incapaz esta temporada de mantener el servicio de vigilancia y control del furtivismo en la Isla de Lobos. Al menos de forma eficaz, pues alcanzamos el tramo final de las fechas en las que cada año los furtivos realizan las matanzas de pardelas y aún dicho servicio no está disponible. Así, esta vez los criminales expolian con impunidad los nidos de una especie protegida que nidifica en el interior de un Espacio Natural Protegido, declarado además Zona de Especial Protección para las Aves por la U.E. Los efectos de tales despropósitos sobre las poblaciones de aves marinas de la Isla podrán evaluarse en pocas semanas.
Cada pareja de pardelas pone un único huevo al año que eclosiona a finales del mes de julio. Es durante el mes de septiembre cuando habitualmente los furtivos masacran colonias enteras de estas aves, matando a los pollos con fijas o garfios y extrayéndolos de sus madrigueras con fines estrictamente culinarios o pseudo-esotéricos. Los resultados de estudios realizados durante las tres últimas temporadas demuestran el efecto disuasorio que ejercía la vigilancia en la Isla de Lobos, hecho que conocen desde hace meses los responsables del área de Medio Ambiente de la Corporación Insular. Los pollos de pardela que logren sobrevivir este año deberán emprender sus primeros vuelos a finales del mes de octubre aunque, en las colonias afectadas por el furtivismo, de cada 100 parejas que empiezan a criar cada temporada sólo unas 18-19 lograrán sacar adelante a su polluelo hasta la edad de los primeros aleteos. Esto parece indicar que sólo sobreviven aquellos pollos a cuyos nidos no pueden acceder los furtivos.