La erupción en La Palma de 1971 expulsó cuarenta millones de metros cúbicos de material magmático al exterior y duró 24 días. La herreña podría demorarse hasta un mes y medio con cincuenta millones de metros cúbicos.
Los científicos que trabajan desde hace semanas en El Hierro creen que el volcán que ruge bajo la tierra de la isla más pequeña del Archipiélago canario puede esconder en su cámara magmática más material que el que expulsó el Teneguía, en La Palma, en 1971. A esta conclusión han llegado después de complejos cálculos matemáticos que les llevan a tener una aproximación bastante real de lo que se esconde a lo largo de los 12 kilómetros de recorrido que creen ha realizado el magma en los últimos tres meses, después de que en el pasado julio se detectaron los primeros movimientos sísmicos de la crisis que mantiene en alerta a científicos de todo el mundo. Debido a que existe más material magmático, la erupción también podría ser más larga que la que hace justo 40 años se produjo en la isla vecina.
El 26 de octubre de 1971 el Teneguía hizo acto de presencia en La Palma. La erupción se prolongó a lo largo de 24 días, hasta el 18 de noviembre y, según los estudios realizados, se cree que expulsó unos cuarenta millones de metros cúbicos de magma. En aquella ocasión, debido a la escasez de medios técnicos, nada se pudo anticipar, pero después de finalizada la erupción sí se pudo estudiar con detenimiento el volcán y llegar a diferentes conclusiones. Una de ellas fue la cantidad de magma expulsado.
Ahora, justo 40 años después, los científicos se basan en la deformación que ha sufrido la Isla en los últimos tres meses (unos 5 centímetros) y en el recorrido de la lava bajo la tierra durante ese tiempo (unos 12 kilómetros) para pensar que, bajo El Hierro, esperan su salida cerca de 50 millones de metros cúbicos de lava.
Con estos datos sobre la mesa, la erupción que se abre paso en estos momentos bajo las aguas del Mar de Las Calmas, en La Restinga, podría durar entre un mes y un mes y medio, según los cálculos estimados por la comunidad científica desplazada a la Isla del Meridiano.
Después del análisis científico que se realiza al detalle del volcán herreño y comparado con otros parámetros de erupciones producidas en otros lugares del mundo, los investigadores son capaces en estos momentos de predecir ciertas cosas en torno a la bestia que aguarda su salida bajo la Isla. Por ejemplo, que antes de que se produzca la fase peligrosa de la erupción (las explosiones que expulsen material magmático a presión) podrían transcurrir entre siete y ocho horas tras lo que se considera una fase de alerta, que es cuando empiecen a aparecer grandes columnas de humo con vapor de agua generadas por la acumulación de gases en el fondo marino.
Tras detectar el sábado los científicos la presencia de material magmático humeante sobre la mancha volcánica que, desde el pasado miércoles, afecta al Mar de Las Calmas, lo próximo que se verá, a medida que se vaya construyendo lo que los científicos llaman el edificio del volcán, que no es más que la acumulación de lava en el fondo marino hasta ir acercándose cada vez más a la superficie, son unas columnas de humo generadas por el vapor que desprenden los gases de la erupción. Estas columnas de humo podrían alcanzar, según la directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN), María José Blanco, "hasta quinientos metros de altura" y, al margen de ser muy espectaculares, no suponen riesgo para la población.
Unas siete y ocho horas después, creen los investigadores, llegaría la fase peligrosa: una secuencia de explosiones generadas por el contacto de material magmático, a 1.200 grados centígrados de temperatura, con el agua a medida que desciende la profundidad por el crecimiento del edificio del volcán. Según explicó ayer Blanco, estas explosiones pueden desplazar material magmático, sobre todo cenizas, hasta cuatro o cinco kilómetros de distancia, lo que alcanzaría de lleno al pueblo de La Restinga y, de momento, no se cree que llegue al municipio de El Pinar, situado ladera arriba de La Restinga.
Una vez que se produzca esa fase, según creen los científicos muy explosiva, se iniciaría la construcción subaérea, lo que podría dar lugar, como se explicó en la jornada de ayer, al nacimiento de un islote en la zona de la erupción. Incluso, creen los científicos, este islote se podría unir a la Isla de El Hierro por la parte de El Julan-La Restinga, debido a que apenas existe un kilómetro y medio de distancia entre donde se cree que está la fractura y el punto terrestre más cercano. La aparición de una isla nueva o de un islote que se una con El Hierro dependerá del tiempo que se prolongue la erupción hasta expulsar todo el material.
El 26 de octubre de 1971 el Teneguía hizo acto de presencia en La Palma. La erupción se prolongó a lo largo de 24 días, hasta el 18 de noviembre y, según los estudios realizados, se cree que expulsó unos cuarenta millones de metros cúbicos de magma. En aquella ocasión, debido a la escasez de medios técnicos, nada se pudo anticipar, pero después de finalizada la erupción sí se pudo estudiar con detenimiento el volcán y llegar a diferentes conclusiones. Una de ellas fue la cantidad de magma expulsado.
Ahora, justo 40 años después, los científicos se basan en la deformación que ha sufrido la Isla en los últimos tres meses (unos 5 centímetros) y en el recorrido de la lava bajo la tierra durante ese tiempo (unos 12 kilómetros) para pensar que, bajo El Hierro, esperan su salida cerca de 50 millones de metros cúbicos de lava.
Con estos datos sobre la mesa, la erupción que se abre paso en estos momentos bajo las aguas del Mar de Las Calmas, en La Restinga, podría durar entre un mes y un mes y medio, según los cálculos estimados por la comunidad científica desplazada a la Isla del Meridiano.
Después del análisis científico que se realiza al detalle del volcán herreño y comparado con otros parámetros de erupciones producidas en otros lugares del mundo, los investigadores son capaces en estos momentos de predecir ciertas cosas en torno a la bestia que aguarda su salida bajo la Isla. Por ejemplo, que antes de que se produzca la fase peligrosa de la erupción (las explosiones que expulsen material magmático a presión) podrían transcurrir entre siete y ocho horas tras lo que se considera una fase de alerta, que es cuando empiecen a aparecer grandes columnas de humo con vapor de agua generadas por la acumulación de gases en el fondo marino.
Tras detectar el sábado los científicos la presencia de material magmático humeante sobre la mancha volcánica que, desde el pasado miércoles, afecta al Mar de Las Calmas, lo próximo que se verá, a medida que se vaya construyendo lo que los científicos llaman el edificio del volcán, que no es más que la acumulación de lava en el fondo marino hasta ir acercándose cada vez más a la superficie, son unas columnas de humo generadas por el vapor que desprenden los gases de la erupción. Estas columnas de humo podrían alcanzar, según la directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN), María José Blanco, "hasta quinientos metros de altura" y, al margen de ser muy espectaculares, no suponen riesgo para la población.
Unas siete y ocho horas después, creen los investigadores, llegaría la fase peligrosa: una secuencia de explosiones generadas por el contacto de material magmático, a 1.200 grados centígrados de temperatura, con el agua a medida que desciende la profundidad por el crecimiento del edificio del volcán. Según explicó ayer Blanco, estas explosiones pueden desplazar material magmático, sobre todo cenizas, hasta cuatro o cinco kilómetros de distancia, lo que alcanzaría de lleno al pueblo de La Restinga y, de momento, no se cree que llegue al municipio de El Pinar, situado ladera arriba de La Restinga.
Una vez que se produzca esa fase, según creen los científicos muy explosiva, se iniciaría la construcción subaérea, lo que podría dar lugar, como se explicó en la jornada de ayer, al nacimiento de un islote en la zona de la erupción. Incluso, creen los científicos, este islote se podría unir a la Isla de El Hierro por la parte de El Julan-La Restinga, debido a que apenas existe un kilómetro y medio de distancia entre donde se cree que está la fractura y el punto terrestre más cercano. La aparición de una isla nueva o de un islote que se una con El Hierro dependerá del tiempo que se prolongue la erupción hasta expulsar todo el material.