20 oct 2011

El Teatro Cuyás consigue que Animalario actúe al fin en Canarias.


Espectacular escenografía basada en la sencillez para poner de manifiesto el miedo que dan los propios sueños.
La archiconocida y premiada Animalario, dirigida por Andrés Lima e integrada entre otros por los actores Willy Toledo, Alberto San Juan, Nathalie Poza y Luis Bermejo, actuará por fin en Canarias. Gracias al empeño del Teatro Cuyás, gestionado por el Cabildo de Gran Canaria a través de la Fundación Canaria de las Artes Escénicas y de la Música de Gran Canaria, la compañía teatral, cuyos miembros atesoran numerosos Premios Max y Nacionales de Teatro, llega este fin de semana a Las Palmas de Gran Canaria (viernes 21 y sábado 22, a las 20.30 horas, y domingo 23, a las 19.00) con su último montaje, Penumbra, escrito por Juan Mayorga y Juan Cavestany.
Penumbra es el trabajo más personal de Animalario. Nacida de preguntas que a priori no obtuvieron respuesta (¿cuál es tu mayor dolor?, ¿a qué tienes miedo?), la obra permitió a sus artífices y a sus actores adentrarse en sus propios dolores, físicos y del alma.
Decidimos contarnos nuestros sueños y salieron nuestras pesadillas”, explican sus protagonistas, que buscaron imágenes, gestos y palabras con los que expresar el contenido de sus sueños. Palabras como “penumbra”, que fue el primer vocablo que, casi de forma automática, escribieron al intentar verbalizar las emociones que sentían al hablar de lo soñado.
Penumbra es en ese sentido su obra “más deseada” (“todas nuestras improvisaciones se movían por el deseo acuciante de compartir nuestro dolor”), pero también la “mas miedosa” (el dolor “nos da miedo”). Todo ello sin renunciar a una vis cómica.
Pero no sólo fue válvula de escape para las pesadillas, y en consecuencia el dolor y los miedos de sus protagonistas. Penumbra también dio salida a nuevos interrogantes: ¿qué pasó anoche, mientras dormía?, ¿por qué los niños no quieren dormir?, ¿por qué miento y nos mentimos?, ¿por qué somos amigos?, ¿cómo se cuenta el mundo a un niño?
Madres en llamas, familias sordas, amigos ciegos y amantes paralíticos, frutos todos ellos de lo onírico, son los personajes adultos a los que dan vida Alberto San Juan, Willy Toledo y Nathalie Poza, que tratan de inculcar a un niño (un muñeco manejado por Luis Bermejo) cómo vivir, o, mejor dicho, su miedo a vivir pese a las ganas de hacerlo.
Penumbra es su montaje “más libre”, un espectáculo de raíz surrealista donde sus protagonistas, pero también el público, experimentan toda clase de sensaciones entre las que también figura el miedo.