La Sala de Exposiciones La Caldereta comienza el año de exposiciones con la que organizan Ikewa Monali y Nshole Bezeyame, una exposición conjunta donde mostrarán sus estilos con importantes influencias africanas.
Bezeyame expondrá obras con claros indicios aborígenes africanos, donde destacan los materiales y los colores que utiliza para llevar a cabo su obra.
Ikewa Monali, durante sus estudios, y particularmente en las materias de arte, le permitieron explorar diferentes técnicas plásticas y contribuyeron a evidenciar una sensibilidad artística en su entonces latente predisposición a la pintura.
A raíz de dos exposiciones colectivas de pintores Africanos que organizó en Madrid los años 2001 y 2002, decidió lanzarse al mundo de la pintura. Dos años más tarde, finalizaba su primer cuadro: “Mujer frágil" (una obra de inspiración cubista /étnica).
Su pintura traduce una experiencia sin bagaje, sin etiquetas y que solo revindica el hecho mismo de existir, o sea: la mente al desnudo. Representa el permanente fluir de la mente a la que la artista silencia en un poema figurativo donde objetos y seres son físicamente o anatómicamente alterados para participar en una misteriosa interpretación de la imaginación.
La metáfora plástica que surge transmuta las situaciones o emociones cotidianas liberándolas, cual renovación creativa de lo acumulado, a la vez que enfrenta al público a su creación de una manera nueva y fresca.
Ikewa, que comparte la reflexión picasiana de que “El arte quita el polvo a lo cotidiano del alma”, busca su estilo personal a través de la propia exploración, experimentación e investigación personal. Vive la pintura de la manera más libre posible, expresando plenamente su visión personal y minimizando las influencias tanto de profesores como de escuelas o estilos.
La naturaleza, sus pensamientos y los propios artistas se han convertido en sus compañeros en su devenir artístico, en el cuál, quizá por causa de su personalidad o acaso por pura casualidad se ha acercado y se identifica más con el surrealismo que con ningún otro estilo de momento.
Su proceso creativo arranca de un objeto-referencia que va mutando por un azaroso trayecto, al igual que su asociación consciente, de acuerdo a una inspiración que responde a la voz interior de la artista independientemente de consideraciones puramente estéticas o éticas.
En sus obras intenta experimentar diversas técnicas como el collage, el uso de las paletas, los relieves, el raspado, las veladuras…etc.
Ikewa apuesta por la vía de la experimentación, el descubrimiento y los errores aprendidos a base de tanteos, para acercarse a la destreza en lugar de una acumulación de conocimientos ajenos, pues sabe que mientras que aquella te acerca a la esencia ésta te mantiene en un nivel superficial.
De este modo, aspira a expresar continuamente la faceta infantil creadora del aprendiz entusiasta que supera sus miedos y limitaciones. Para Ikewa la pintura se transforma en una forma de meditación…
Plasmar sobre un lienzo alegrías, dudas, inquietudes, sueños… es convertirlas en algo tangible y positivo.
¡Eso es definitivamente trascender!, explica la artista.
La exposición se inaugurará el Viernes 22 de Febrero a las 20:30 horas, y podrá visitarse hasta el próximo 9 de Marzo del presente año con el siguiente horario:
Miércoles y Jueves de 09:00 a 15:00 horas; Viernes de 10:00 a 14:00 horas y de 18:30 a 20:30 horas; Sábados y Domingos, de 10:00 a 14:00 horas.
Bezeyame expondrá obras con claros indicios aborígenes africanos, donde destacan los materiales y los colores que utiliza para llevar a cabo su obra.
Ikewa Monali, durante sus estudios, y particularmente en las materias de arte, le permitieron explorar diferentes técnicas plásticas y contribuyeron a evidenciar una sensibilidad artística en su entonces latente predisposición a la pintura.
A raíz de dos exposiciones colectivas de pintores Africanos que organizó en Madrid los años 2001 y 2002, decidió lanzarse al mundo de la pintura. Dos años más tarde, finalizaba su primer cuadro: “Mujer frágil" (una obra de inspiración cubista /étnica).
Su pintura traduce una experiencia sin bagaje, sin etiquetas y que solo revindica el hecho mismo de existir, o sea: la mente al desnudo. Representa el permanente fluir de la mente a la que la artista silencia en un poema figurativo donde objetos y seres son físicamente o anatómicamente alterados para participar en una misteriosa interpretación de la imaginación.
La metáfora plástica que surge transmuta las situaciones o emociones cotidianas liberándolas, cual renovación creativa de lo acumulado, a la vez que enfrenta al público a su creación de una manera nueva y fresca.
Ikewa, que comparte la reflexión picasiana de que “El arte quita el polvo a lo cotidiano del alma”, busca su estilo personal a través de la propia exploración, experimentación e investigación personal. Vive la pintura de la manera más libre posible, expresando plenamente su visión personal y minimizando las influencias tanto de profesores como de escuelas o estilos.
La naturaleza, sus pensamientos y los propios artistas se han convertido en sus compañeros en su devenir artístico, en el cuál, quizá por causa de su personalidad o acaso por pura casualidad se ha acercado y se identifica más con el surrealismo que con ningún otro estilo de momento.
Su proceso creativo arranca de un objeto-referencia que va mutando por un azaroso trayecto, al igual que su asociación consciente, de acuerdo a una inspiración que responde a la voz interior de la artista independientemente de consideraciones puramente estéticas o éticas.
En sus obras intenta experimentar diversas técnicas como el collage, el uso de las paletas, los relieves, el raspado, las veladuras…etc.
Ikewa apuesta por la vía de la experimentación, el descubrimiento y los errores aprendidos a base de tanteos, para acercarse a la destreza en lugar de una acumulación de conocimientos ajenos, pues sabe que mientras que aquella te acerca a la esencia ésta te mantiene en un nivel superficial.
De este modo, aspira a expresar continuamente la faceta infantil creadora del aprendiz entusiasta que supera sus miedos y limitaciones. Para Ikewa la pintura se transforma en una forma de meditación…
Plasmar sobre un lienzo alegrías, dudas, inquietudes, sueños… es convertirlas en algo tangible y positivo.
¡Eso es definitivamente trascender!, explica la artista.
La exposición se inaugurará el Viernes 22 de Febrero a las 20:30 horas, y podrá visitarse hasta el próximo 9 de Marzo del presente año con el siguiente horario:
Miércoles y Jueves de 09:00 a 15:00 horas; Viernes de 10:00 a 14:00 horas y de 18:30 a 20:30 horas; Sábados y Domingos, de 10:00 a 14:00 horas.